Resumen
Este artículo se propone cuestionar la arraigada creencia del performer como único portador, distribuidor de la voz en y para las artes escénicas, y de esta manera tensar la idea de la voz como una producción logocéntrica, adscrita exclusivamente al cuerpo humano en la configuración de dramaturgias y relatos escénicos. Preguntas sobre ¿cómo identificar/producir diversas fuentes hospedadoras de la voz en y para la escena? y ¿hasta qué punto y de qué manera cuestionar en la construcción de los relatos escénicos lo que significa ser un agente capaz de vibrar y producir voz? me sirven para plantear una idea de agencia afectiva de lo vocal, bajo un modelo distributivo que se despliega en la escucha. Hecho que pone atención en qué o en quién recepciona su sonar por sobre qué o quién lo produce. En este fin, la relación de la voz con el cuerpo se aborda mediante una concepción dilatada de este último, que incluye toda materia (orgánica e inorgánica) como una vitalidad vibrante, la cual ha sido nominada bajo la idea de cuerpo-materia. Lo anterior es situado de manera concreta en la obra En coro te hablamos porque nadie puede hablar ya por sí mismo, cuyo ejemplo y desglose ayuda a comprender las ideas expuestas.

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Derechos de autor 2025 Luis Andrés Aros Sánchez